Durante los primeros días de su estancia en Tenochtitlán, Cortés y sus hombres intercambiaron joyas y objetos con Moctezuma y otros jefes pillis. La codicia de los españoles aumentó al descubrir varias artesanías en oro con piedras preciosas.
Con la venia de Cortés y el sometimiento de Moctezuma, sus hombres hostigaron a los nobles mexicas para conseguir más piezas de oro y el ambiente social se tornó hostil.
Cortés envió a gente de su confianza para visitar nuevos territorios, destacando la expedición del capitán Pizarro en Tuxtepec y Malinaltepec y en el río Pánuco.
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