martes, 13 de julio de 2010

TAREA DE HISTORIA- vacaciones de verano 2010 (alumnos que cursarán 3er semestre)


Indicaciones: anota en tu libreta el siguiente tema (si es nueva, recuerda dividirla, 70 hojas para la materia de Historia). Si aún tienes varias hojas de tu libreta de 2o semestre úsalas. Este tema será incluido en el primer examen del siguiente curso.

El México bronco de mediados del siglo XIX.-

a)De 1848 a 1853, un México caótico
Tras sufrir la pérdida de más de la mitad del territorio nacional en la guerra contra Estados Unidos (E.U.), el Congreso eligió presidente de la República a José Joaquín Herrera en junio de 1848 y vaya situación que tuvo que enfrentar: robos, asaltos y asesinatos tanto en el campo como en las ciudades y la policía apenas y podía capturar a algún delincuente; conspiraciones a cada momento; el norte del país era invadido por tribus de apaches y comanches; en Yucatán seguía la Guerra de Castas que había empezado durante el conflicto con E.U. y que al final cobró la vida de 300 mil personas reduciendo a la mitad la población de la península; y para colmo de males, hubo una epidemia de cólera que aniquiló a miles de personas.

El presidente Herrera organizó las finanzas públicas que estaban agotadas, apoyándose de los primeros 3 millones de pesos que EU entregó como pago de los territorios cedidos por México. Con escasos recursos pudo crear el Banco Nacional, y sin contar con la cooperación de la mayoría de los estados, avaló proyectos para construir vías férreas y las primeras líneas de telégrafos.

Iniciando 1851 llegó a la presidencia de México el gral. Mariano Arista quien prosiguió la obra de su antecesor, pero año y medio después vio interrumpida su labor debido a un levantamiento armado en Guadalajara que de inmediato hizo mecha en otros cuarteles del país. Finalmente, los rebeldes apoyados principalmente por el clero y políticos conservadores, proclamaron el Plan del Hospicio (octubre 1852) en el que no reconocían al presidente Arista pidiendo que ocupara su cargo el “seductor de la Patria”, “el Napoleón del Oeste”, “el héroe de Zempoala”, gral. Santa Anna quien estaba viviendo en Colombia.


b)Santa Anna: presidente por enésima vez. (1853-1855)

Parecía que al pueblo mexicano se le había borrado la memoria por todas las acciones negativas de Santa Anna durante sus 10 presidencias pasadas. Regresó de su exilio con el mayor premio que a un hombre de su soberbia y orgullo podía dársele: la presidencia de México.

Esta vez, Santa Anna gobernó de forma terrible (las anteriores había hecho algunas obras sociales): organizó a su gabinete con gente conservadora (algunos pedían que en lugar de presidente, México tuviera reyes vitalicios y nobleza) y finalmente terminó siendo nombrado Alteza Serenísima, gastando el dinero público en fiestas y objetos de lujo, mientras que la mayoría de la población vivía en situación de miseria y de despojo. Además de tener ese título de nobleza, a Santa Anna se le declaró dictador vitalicio, y se le permitió nombrar heredero al cargo de presidente cuando estuviera cercano a morir.

También prohibió la libertad de prensa, por lo que muchos diarios y periódicos tuvieron que ser cerrados o clausurados; todo político o persona que se atreviera a criticar al gobierno santannista era multado, encarcelado o expulsado del país. Además, ordenó aplicar pena de muerte a asaltantes y conspiradores, incluyendo jóvenes que tuvieran menos de 18 años.

Santa Anna gastaba muchísimo para mantener a su ostentosa corte (en aquel tiempo, poseer una carroza en terminados de cedro y caoba, con asientos de tercipeolo y cortinas de seda china era considerado un auténtico lujo, y se sabía que Santa Anna poseía al menos tres de éstas). Para lograr mantener este estilo de vida digno de cualquier monarca europeo, Santa Anna ordenó cobrar más impuestos aparte de los que ya existían desde la época colonial (algunos impuestos eran de la época en que el cura Hidalgo era un niño de 10 años):
-A la venta de cerveza. Diversiones públicas. Patentes y licencias. Mercados públicos. Contribución directa sobre el valor de fincas rústicas y urbanas. Sobre carruajes, carros, caballos y bestias de tiro.
-A los restaurantes y pulquerías que tengan puertas, pagaban de 1 a 3 reales; casas con canales de desagüe y posteriormente ¡por usar balcones y ventanas! (muchas personas clausuraron estos espacios para evitar pagar estos ridículos impuestos).
-Se pagaba por tener perro y finalmente por tener cualquier mascota en casa (1 peso al mes por cada animal, y si no se pagaba, la autoridad se llevaba a la mascota a encierro o aplicaba multa elevada).
-Impuesto al uso de carro, carroza o carruaje, y por cada caballo usado en éste. (era la versión de la “tenencia” de coche de nuestra época).
Ante tales abusos del gobierno, la gente tuvo que cerrar sus negocios o llevar a cabo acciones desesperadas, como tener que entrar a los restaurantes por la puerta de la cocina (la principal estaba clausurada para evitar pagar impuesto) o por las azoteas de casas vecinas usando escaleras.
Sin embargo el mayor atropello contra la Nación cometido por Santa Anna durante esta gestión fue la venta del territorio de La Mesilla, que pertenecía al estado de Sonora y que E.U. reclamó “por las buenas” debido a que el cauce del río Bravo había cambiado y correspondía fijar la nueva frontera entre ambos países en esa zona. En 1853, Santa Anna optó por vender sin mayor consulta que a sus secuaces La Mesilla en 10 millones de pesos, de los cuales sólo se recibieron 6. Se rumora que el resto del dinero fue malgastado o se “perdió” extrañamente mientras iba en camino a la cd. de México. El dinero recibido fue también usado en fiestas, desfiles miltares y celebraciones religiosas mientras que el pueblo estaba harto de la dictadura.


c)La revolución de Ayutla (1854-1855)
Fue Juan Alvarez quien a través del plan de Ayutla proclamado por Florencio Villareal se levantó en armas contra la dictadura de Santa Anna. En varias poblaciones del centro de México se unieron campesinos y gente de las ciudades para derrocar al gobierno injusto y ambicioso. Tras algunas batallas importantes, Álvarez y sus hombres lograron el triunfo y Santa Anna desquiciado, abandonó cobardemente el país, partiendo desde Veracruz.

Juan Alvarez fue presidente de México y su grupo cercano estuvo integrado por importantes liberales radicales como Melchor Ocampo, Ponciano Arriaga, Guillermo Prieto, Miguel Lerdo de Tejada y un inteligente abogado zapoteco, Benito Juárez.
Estos hombres vieron la necesidad urgente de evitar que el clero católico se entrometiera en los asuntos de gobierno y de la educación del país, por lo que impulsaron leyes muy importantes para reducir el poder económico y político del sector eclesiástico así como de los conservadores. A estas leyes se les llama LEYES DE REFORMA.