Indicaciones: anota el siguiente tema en tu libreta de historia, despues del subtema 8.1
La subasta de trece acuarelas pintadas por Adolfo Hitler revivió la discusión sobre el lado artístico del führer. De haber sido aceptado en la academia, quizás jamás hubiera pensado en la política. Para los expertos era, evidentemente, un hombre sin talento.
Adolfo Hitler se pintó a sí mismo como un hombre sin rostro sentado en un puente de piedra, en medio de la nada, y para que no quedara duda escribió sus iniciales sobre su cabeza y se encargó de destacar su peinado característico, con la carrera marcada. Lo hizo en 1910, en Viena. El cuadro fue subastado en Londres hace algunas semanas en 14.000 dólares, junto con 12 acuarelas más con las que el führer quiso acceder a la Academia de Bellas Artes cuando era joven y que hoy son un ejemplo de la faceta cándida del líder más cruel del siglo XX.
El cuadro del puente de piedra recibió un precio elevado para su composición, pero eso poco importó a su nuevo dueño, quien al final del remate todavía dudaba si colgarlo en su casa o en su oficina. La pieza es considerada de escaso valor artístico, pero llamó la atención por su autor y por las características de la escena que recreaba. Al final, la casa de subastas Mullock's recogió con las 13 obras rematadas mucho más de lo que esperaba: 120.000 dólares.
Todas las pinturas fueron pintadas entre 1905 y 1913, época en la que el joven Hitler trató de entrar sin éxito a la Academia de Bellas Artes de Viena, que entonces era una ciudad cosmopolita con una agitada vida intelectual. Al comienzo no se rindió y pasó tres años, incluso en precarias condiciones en un albergue para indigentes, sobreviviendo con la venta de pinturas y postales que producía en masa.
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