LA ESCALA DE LA NATURALEZA
Las cosas de la naturaleza pueden dividirse en dos grupos principales: primero las cosas inanimadas (piedras, gotas de agua y granos de tierra). Estas cosas no tienen ninguna posibilidad inmanente de cambiar y sólo lo hace bajo una influencia externa. Segundo, las cosas vivas, que tienen una posibilidad inmanente de cambiar. En este grupo, están las plantas y los seres vivos. También los seres vivos pueden dividirse en dos subgrupos, es decir, en animales y seres humanos.
Todas las cosas vivas (plantas, animales y seres humanos) saben tomar alimento, crecer y procrear. Todos los seres vivos también tienen la capacidad de sentir el mundo de su entorno y de moverse en la naturaleza. El ser humano, según Aristóteles, vive toda la vida de la naturaleza. Crece y toma alimento como las plantas, tiene sentimientos y la capacidad de moverse como los animales, pero tiene además una capacidad, que solamente la tiene el ser humano, y es la de pensar racionalmente.
Para Aristóteles debe haber un dios que haya puesto en marcha todos los movimientos de la
naturaleza. Ese Ser divino se convierte en la cima absoluta de la escala de la naturaleza, y es el Primer Motor. Éste no se mueve en sí, pero es la «causa primera» de los movimientos de los astros y, con ello, de todos los movimientos de la Tierra.
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