Indicaciones: entrega este documento en hojas recicladas para mañana martes antes de iniciar la clase.
EL NEOPLATÓNICO PLOTINO.
La doctrina de Plotino intenta expresar en conceptos el verdadero sistema del Todo, el universo conjuntado que todo lo abarca y recorre. De modo que unidad real y conjunción conceptual son correlativas. Pretende construir la totalidad real y el pensamiento en su conjunto. Por esto, los grandes conocedores de Plotino suponen también el alcance sistemático de sus doctrinas. Nunca, quizá, como aquí se vio la mente tan cerca, dice É. Bréhier, de alcanzar “el verdadero sistema de las cosas”. También A. H. Armstrong acepta esta dimensión sistemática. E igualmente lo supone Chr. Elsas en su buen estudio del misticismo plotiniano. M. I. Santa Cruz aproxima entre sí los varios sistemas de entonces.
El gran pensador ensaya un ordenamiento coherente de realidades y de conceptos, como lógos radical que lo define. Pero este punto hay que perfilarlo. Indagaciones de O. Ritschl, A. v. d. Stein, A. Diemer y otros muestran que los intentos de sistematizar algo como mero resultado se remontan a los textos hipocráticos y a otros más. Sin embargo, el pensamiento antiguo no tematiza la idea de sistema como tal. Ni la erige en criterio rector. Vincular a la idea sistemática la validez de la ciencia y el proceder de la razón, hasta hacerlas coincidir, es algo propio de la racionalidad moderna que culmina en el idealismo, para retroceder de nuevo entre positivistas, empiristas y en el contingentismo racional, actualmente generalizado, etc. Consecuentemente, no hay en Plotino un sistema orientado por la propia idea de sistema. En este sentido, dice Hegel, al exponer su doctrina, que nada hay allí parecido a un desarrollo sistemático. Y, menos aún, hay una fundamentación de esa misma idea mediante una reflexión que determine sus reglas y lo convalide como método.
Sistema no quiere decir, en su caso, mediación demostrativa, sino voluntad de explicación articulada y unitaria de la totalidad real, de la realidad en cuanto una. Pero su doctrina es más que mera correlación de ideas o un simple conjunto de verdades entrelazadas. Responde a una decidida voluntad de sistema para desentrañar la articulación del Todo, aunque ese intento no se formule como proyecto sistemático ni esté determinado o regido por la idea misma de sistema. Diríamos que es un ordenamiento no reflexivamente legitimado o “de iure”, sino “de facto”. Pero tampoco es arbitrario o casual. La propia concepción del ser plotiniano, presidido por la unidad, exige una sistematización coherente, conjunta y unitaria. El sistema traduce en las ideas la conexión de las cosas. Nadie expresó la unidad de lo existente con tanta viveza como Plotino. Y el sistema refleja la visión del Todo como un verdadero organismo en el que todas las partes conspiran a conformar la unidad del mismo.
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